CRONONUTRICIÓN:
Cómo el horario de las comidas modula tu reloj biológico y tu metabolismo
En los últimos años, la ciencia ha revelado que nuestro metabolismo no solo depende de qué comemos, sino también de cuándo lo hacemos. El horario de las comidas tiene un impacto directo sobre los ritmos circadianos, que regulan procesos metabólicos clave como la sensibilidad a la insulina, la oxidación de glucosa, la secreción hormonal y la actividad de genes relacionados con la salud metabólica.
Ritmos circadianos, genes y alimentación
Los ritmos circadianos son ciclos biológicos de aproximadamente 24 horas, regulados por un conjunto de genes como CLOCK, BMAL1, PER1/2 y CRY, que coordinan funciones fisiológicas en todo el cuerpo. Aunque la luz es el principal sincronizador del reloj central (ubicado en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo), la alimentación actúa como un potente sincronizador de los relojes periféricos (en hígado, intestino, tejido adiposo, etc.).
Comer en horarios irregulares o durante la noche puede desincronizar estos relojes internos, contribuyendo al desarrollo de enfermedades metabólicas.
Comer
temprano vs. tarde: impacto metabólico
Estudios recientes han demostrado que el momento del día en que comemos influye en cómo metabolizamos los alimentos:
Las comidas tardías (especialmente después del pico nocturno de melatonina) se asocian con menor tolerancia a la glucosa, mayor resistencia a la insulina y peores perfiles lipídicos.
Desayunar temprano y cenar antes del anochecer mejora la oxidación de glucosa, la sensibilidad a la insulina y los marcadores inflamatorios.
La termogénesis inducida por los alimentos (DIT) es más alta en la mañana, lo que significa que el cuerpo quema más energía al digerir alimentos consumidos temprano.
Hormonas circadianas: cortisol y melatonina
Estudios recientes han demostrado que el momento del día en que comemos influye en cómo metabolizamos los alimentos:
- Cortisol: su secreción aumenta por la mañana y favorece la movilización de energía. También ayuda a sincronizar relojes periféricos.
- Melatonina: se eleva por la noche. Comer durante su pico se asocia con peor tolerancia a la glucosa y mayor acumulación de grasa.
Ritmos microbianos y metabolismo
La microbiota intestinal también sigue patrones circadianos. Su composición y función varían según el horario de las comidas. Comer en horarios nocturnos afecta negativamente a:
Diversidad y composición bacteriana
Producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFAs)
Integridad de la barrera intestinal
Perfil inflamatorio sistémico
Esto puede contribuir a resistencia a la insulina, disbiosis y alteraciones metabólicas.
Implicaciones para la salud y la prevención
La evidencia sugiere que sincronizar la alimentación con los ritmos circadianos puede ser una estrategia eficaz para mejorar la salud metabólica:
- Consumir la mayor parte de las calorías en la primera mitad del día
- Evitar comidas abundantes en la noche
- Adoptar protocolos como el ayuno intermitente temprano (eTRF), que limita la ingesta a las primeras 6-8 horas del día
Este enfoque puede mejorar parámetros como el peso corporal, la glucemia, la sensibilidad a la insulina y los lípidos en sangre. Sin embargo, se requieren más estudios clínicos a largo plazo para establecer recomendaciones definitivas.
El horario de las comidas es un modulador clave del metabolismo y los relojes biológicos. Al alinear nuestra ingesta con los ritmos circadianos naturales, podemos optimizar nuestra salud metabólica y prevenir enfermedades crónicas.
No solo somos lo que comemos. También somos cuándo comemos.

Fuente: BaHammam, A.S.; Pirzada, A. Timing Matters: The Interplay between Early Mealtime, Circadian Rhythms, Gene Expression, Circadian Hormones, and Metabolism—A Narrative Review. Clocks & Sleep 2023, 5, 507–535. https://doi.org/10.3390/clockssleep5040039
FAQs
Es una condición en la que se acumula histamina en el cuerpo debido a un déficit enzimático, principalmente de la diamino oxidasa (DAO), lo que provoca síntomas diversos en varios sistemas del cuerpo.
A diferencia de las alergias, la HIT no implica una reacción inmunológica, sino una acumulación de histamina por ineficiencia en su degradación.
A través de una dieta baja en histamina, evitando fármacos inhibidores de DAO, y en algunos casos, con suplementación específica. El tratamiento debe adaptarse al perfil de cada paciente.
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